Hace menos de dos
años, el boxeador
Jonathan
Maicelo se enfocó
en un sueño: abrir su propio
centro de entrenamiento
que le permitiera alejar a jó-
venes talentosos de la delincuencia
a través del deporte.
Así nació Fighter Club,
su academia de boxeo, artes
marciales mixtas y entrenamiento
funcional, que recibe
al público en general y ofrece
becas a los jóvenes en riesgo.
La primera sede de Fighter Club está ubicado en
Los Olivos y Maicelo apunta
a llegar a todo el país con este
formato. Es así como, de
la mano de sus socios Fernando
Tamayo y Sergio Almallo,
ha decidido franquiciar
el formato.
“El objetivo es convertir
a Fighter Club en una marca
regional en el corto plazo”,
sostiene Fernando López de
Castilla, director gerente de
la consultora Nexo Franquicia,
que trabaja con los tres
socios en este proceso.
Es más, López de Castilla
destaca que esta será la
primera franquicia social
de este tipo en la región. Si
bien trabajan otras franquicias
sociales en Sudamérica,
será la primera ligada al
deporte.
Servicios. El centro de entrenamiento del boxeador Jonathan
Maicelo apunta a ser una marca regional mediante las
franquicias. Abrir una sede requerirá US$85 mil.
Fighter Club es un centro de
entrenamiento integral, donde
se ofrecen programas de
entrenamiento profesionales
y muy rigurosos, así como servicios
personalizados, según
las necesidades de cada alumno.
Se admiten tanto principiantes
como deportistas consumados.
López de Castilla detalla
que, por cada local, el canon
de entrada a la franquicia
será de US$20.000 y se requerirá
una inversión adicional
de US$ 65.000 por los
derechos de la explotación
de marca, infraestructura,
equipamiento y capital de
trabajo.
¿Dónde abrirán estos centros?
De acuerdo a López de
Castilla, el formato abrirá sus
puertas en centros comerciales,
locales puerta a calle e incluso en centros educativos
y recreacionales.
Aunque todavía no tienen
distritos definidos, han
calculado que podrá abrirse
una sede de Fighter Club
por cada 100.000 habitantes
en zonas urbanas.
El ticket promedio que
maneja el centro de entrenamiento
es de US$45,
mientras que cada franquiciado
tendrá una cuota de
becas a disposición, a fin de
mantener la filosofía con la
que nació Fighter Club: acoger
a los jóvenes deportistas
en riesgo de violencia.
Tomando como referencia
el local de Los Olivos, López
de Castilla calcula que cada
nueva franquicia recibirá
alrededor de 350 alumnos
mensuales, y que calcula
que el franquiciado obtendrá
retorno de su inversión
en el plazo de un año y medio
de operación.
En cuanto al mercado,
el ejecutivo destaca que la
oferta en el mundo fitness
viene en franco crecimiento
desde hace unos años.
No solo con los gimnasios
tradicionales, sino con
nuevas propuestas como
las de entrenamiento funcional
y entrenamientos
personalizados.
“Si bien han aparecido
nuevas propuestas de entrenamiento
funcional, no
existe una propuesta integral
como esta, que combina
box, artes marciales
mixtas y funcionales”, comenta
López de Castilla a
este suplemento.
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